Policiales Provinciales

Quiso abusar de dos nenas; le dieron más de 6 años de cárcel

El hombre de 29 años fue sentenciado por manosear a una niña de 8 años y por intentar violar a otra.

Ezequiel Rodrigo Lucero comenzó a ser juzgado por la Cámara Penal 1 de Villa Mercedes con las esposas en sus muñecas. Pero seguramente tenía la esperanza, porque existía la posibilidad, de que cuando el juicio terminara lo haría con las manos libres y podría regresar a su casa y no a la Penitenciaría en la que estuvo los últimos dos años. Eso pasaría si los jueces consideraban que él no abusó de una nena de 8 años y trató de violar a otra de 11 a principios de octubre de 2016. Pero no fue así. Lo condenaron a seis años y medio de prisión.

El fallo no fue por muy poco lo que había pedido el fiscal Néstor Lucero. Durante los alegatos, había solicitado que el hombre de 29 años fuera sentenciado a siete años de cárcel. Para el funcionario judicial el acusado es “un perverso” porque “está altamente probado que materializó el intento de violación como abuso simple”, dijo.

Señaló, además, que no hubo atenuantes, pero sí agravantes: los antecedentes, la naturaleza del hecho y la extensión del daño causado.

La defensora de Menores 1, Victoria Cortázar Furnari, coincidió con el pedido de pena que hizo el fiscal. Y agregó, por su parte, que todo lo ocurrido caló hondo en la integridad sexual, física y mental de las nenas. “En este hecho hubo una agresión sexual de una persona mayor a una menor, mediando violencia”, señaló respecto al primero de los abusos, en el que una de las víctimas fue llevada a un terreno baldío.

Cortázar Furnari consideró comprobada la ocurrencia de los dos hechos e hizo hincapié en el relato de las pequeñas y de los testigos. “Se comportó de manera violenta, maliciosa e irrespetuosa”, dijo sobre Lucero.

El defensor Víctor Endeiza, a su turno, admitió que todo lo denunciado sucedió, pero argumentó que durante el juicio no quedó probado que su representado haya sido quien cometió el abuso y el intento de violación. “El hecho existió, pero no se le puede atribuir a mi defendido”, remarcó. Y por eso pidió su absolución.

Lucero está preso desde el 20 de octubre de 2016, cuando el juez Alfredo Cuello le dictó la prisión preventiva. Las pruebas le indicaron al magistrado que el viernes 7 de octubre el acusado vio a dos nenas caminar por Buenos Aires y Landaburu y frenó su moto frente a ellas. Bajó y se les acercó. “Vení. Mirá. Acá hay unos gatitos que te quiero mostrar…”, le habría dicho a L.L., de 11 años.

Así logró llevarla a un baldío, de media manzana, que hay cerca. Una vez allí, la tomó del brazo, la tiró al suelo, le tapó la boca con la mano y comenzó a desvestirla, mientras le anunciaba lo que pensaba hacerle.

La otra menor empezó a gritar. Sus gritos fueron escuchados por un vecino, que vive enfrente. “Hey, hey, soltá a la nena, soltala”, le dijo el hombre. Lucero se dio vuelta y el testigo vio que tenía algo brillante en la mano y se asustó. Corrió hasta su casa y de allí volvió con un palo y con su esposa. Cuando la mujer comenzó a gritarle “¡violador, violador!”, el ahora condenado se subió a su moto y huyó.

No satisfecho, al día siguiente buscó a otra víctima. La halló en el monoblock 8 del barrio 960 Viviendas. Eran cerca de las 22. En el palier de ese edificio jugaban A.P., de 8 años, con una amiguita de la misma edad. “(Lucero) Se hacía el que golpeaba la puerta de uno de los departamentos y miraba para todos lados. Me miraba…”, contó una de ellas.

Cuando A.P. se acercó al hierro que tiene la baranda, el imputado, al que describió con “ojos de gato”, pasó a su lado y le tocó la cola por encima de la ropa.

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