El gobernador de San Luis vuelve a apuntar a las tablets para conseguir votos. Con las obras paradas y los grandes anuncios en suspenso, Alberto sigue con las entregas hasta agotar el recurso.
La dádiva esconde un negociado furioso con la empresa Coradir, propiedad de la familia Novillo. Desde su bunker en la ULP, Alicia Bañuelos ha acrecentado la entrega de tabletas y la puesta en marcha de un aparato en el que se benefician económicamente varios de los funcionarios del actual gobierno.
También hay otro punto de importancia, los dispositivos que entrega el gobierno permiten espiar a quienes los poseen a través de cortafuegos y aplicaciones inseguras. Esto sumado a que la navegación es limitada solo para los medios y sitios afines a Alberto Rodríguez Saá.
De esta manera en el gobierno se aseguran de “controlar” lo que la gente ve y en los espacios que interactúa. Una especie de red armada para encajar un solo discurso, una versión sesgada de la realidad dibujada por los publicistas y operadores del gobierno provincial