Este sábado se informó el fallecimiento de la leyenda del automovilismo argentino, Juan María Traverso a sus 73 años.
Murió Juan María Traverso, uno de los hombres más influyentes en la historia del automovilismo argentino. El Flaco falleció este sábado a sus 73 años en su Ramallo natal luego de severos problemas de salud en los últimos tiempos
El seis veces campeón de Turismo Carretera deja un legado único, en una carrera que se extendió por más de treinta años pilotando tanto para Ford como para Chevrolet.
La partida del ídolo fue confirmada por la Asociación Argentina de Volantes, entidad que él mismo presidía, y la Asociación de Corredores de Turismo Carretera rápidamente realizó su homenaje despidiendo a Traverso como una de sus máximas leyendas. «Siempre…siempre recordaremos al “Flaco” de Ramallo. Que en paz descanse«. Según La Nación, Traverso se encontraba inmerso en una batalla contra el cáncer de esófago y falleció en compañía de sus hijos en su hogar en Ramallo.
El Flaco será velado este domingo en la Iglesia Cristo Salvador de Villa Ramallo entre las 13 y 18 hs. antes de ser cremado, por lo que no habrá un entierro formal sino una ceremonia íntima por parte de la familia. Traverso tendrá su merecido homenaje en la carrera de TC de este domingo en Termas de Río Hondo ya que antes de la largada todos los pilotos se pararan uno al lado del otro para realizar un minuto de silencio mientras que todos los coches tendrán un crespón negro para conmemorar al ídolo.
Traverso nació en 1950 en Ramallo y toda su vida estuvo ligado al deporte motor al debutar solo con 22 años y correr regularmente hasta la temporada 2005, sin perder el ritmo en ningún momento sin importar los grandes cambios que atravesó el Turismo Carretera durante ese periodo de tiempo.
El Flaco logró consagrarse campeón en seis oportunidades dividas salomónicamente entre sus pasos con Ford y con Chevrolet en el Turismo Carretera, siete veces en el TC2000 (1986, 1988, 1990, 1991, 1992, 1993 y 1995) y tres en Top Race (1998, 1999, 2003) . Sus primeros dos consagraciones fueron con el Óvalo en en las temporadas 1977 y 78, tras sendas batallas por el título que se le escurrieron sobre el final, antes de convertirse en un ícono nacional con su recordado Chevy color violeta (por el patrocinio que llevaba en esos tiempos), con dominó y logró consagrarse campeón en las temporadas 1995/96 y 97 antes de regresar a su primer amor, donde tendría un subcampeonato y un último título en 1999.
Traverso también quedó impregnado en la memoria por su forma de ser tanto adentro como afuera de la pista. Además de ser un piloto temerario, cuando estaba abajo del auto no tenía miedo de decir lo que pensaba y eso le significó muchas idas y vueltas con otros pilotos a lo largo de los años, lo que también le transformó en uno de los personajes más icónicos en el deporte nacional.