Los planes de llegar con la Ley Bases para el 25 de mayo están en peligro por la dilación del debate en el Congreso. Francos lo dejó entrever esta mañana, Adorni lo negó, y luego el propio Milei dejó la puerta abierta a una postergación

El plazo temporal que se puso Javier Milei para festejar el Pacto de Mayo, que estaba destinado a apurar a los legisladores, terminó volviéndosele en contra. Al punto de que el primer mandatario está pensando seriamente en postergar la fecha, prevista inicialmente para el 25 de mayo. Con el riesgo, incluso, de que el nombre que pensó para el acuerdo deba cambiar.

La decisión todavía no está tomada con firmeza, e incluso hasta este mediodía importantísimos referentes del mundillo libertario, tanto en la Casa Rosada como en el Congreso, seguían sosteniendo, a capa y espada, que la cita en Córdoba permanece inamovible. “Se hace si o si, más allá de todo, el 25″, decía un ladero del Presidente, por lo bajo, apenas después del festejo de descubrimiento del busto de Menem en el Salón de los Bustos.

El vocero Manuel Adorni fue más allá de las declaraciones off the record, y publicó en su canal público de WhatsApp que, más allá de las “versiones periodísticas”, el momento de firma del pacto seguía estable, sin lugar a dudas, en la fecha estipulada. Media hora, después se vio obligado a borrar el mensaje. Quizá tuvo que ver con que, minutos antes, el propio Milei había dicho en declaraciones al canal C5N, a metros suyo, y con despreocupación, que no descartaba que se postergara “hasta junio o julio”.

El motivo del aplazamiento, esencialmente, es la Ley Bases, cuya aprobación en Senado se estira a pesar de los esfuerzos del oficialismo para apurar a propios y aliados. El 1ro de marzo, en la Asamblea Legislativa, el jefe de Estado había dicho, con toda pompa, que el Pacto de Mayo estaría sujeto a la aprobación de ese paquete, que se había visto forzado a retirar semanas atrás, en febrero. Era una forma de presionar a la oposición a que respaldaran, pero al mismo tiempo, de apurarlos. No obstante, casi dos meses después, en el Congreso nadie puede asegurar que la sanción de la ley pueda parirse a tiempo.

El Presidente hasta podría cambiar el nombre del acuerdo
El Presidente hasta podría cambiar el nombre del acuerdo

La semana pasada, en el círculo presidencial habían flexibilizado el condicionamiento del Pacto, pero no la fecha. “Se hace igual, con o sin ley”, decían. Pero ahora, una vez más, cambiaron de posición. Hoy, la consigna es que la prioridad es que haya ley, y el Pacto viene después, cuando sea oportuno, sin fecha fija.

Milei habló de junio o julio, pero en su entorno se esperanzan con que pueda adelantarse lo suficiente como para que pueda seguir denominándoselo de la misma manera. Es decir, que no pase del 31. “En todo caso, se creará una nueva fecha patria”, dijo, altivo, un colaborador de la primera línea del primer mandatario.

El primero en deslizar que esta idea estaba imponiéndose en la estrategia de Milei había sido Guillermo Francos, uno de los funcionarios más cercanos al jefe de Estado, que había admitido esta mañana la posibilidad de que no llegaran a tiempo con la ley Bases. “Tampoco me parece tan importante. Si se termina bien. Y si no se termina, veremos qué hacemos con el Pacto de Mayo, si lo hacemos en mayo, o si lo postergamos y lo hacemos tratada la ley”, había dicho. Y si bien Adorni luego intentó desmentirlo, sigue siendo una posibilidad.

En el convulsionado acto de reivindicación de Carlos Menem no estuvo la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que no visita casi nunca la Casa Rosada prácticamente desde el inicio de la gestión. Tampoco el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que preparaba en su despacho en el primer piso su presentación ante el Congreso pero, dicen, está en la cuerda floja. Sí estaba sentado en la primera fila, casi enfrente del jefe de Estado, el actual presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, que se mostró de muy buen humor rodeado de sus familiares que habían ido a presenciar los elogios a su tío, incluyendo al primer asesor de Karina Milei, que también es su pariente, Eduardo “Lule” Menem. En su entorno dijeron que estaba confiado en que la ley se aprobaría a tiempo.

Sea cual sea la fecha, en Gobierno aseguran que el pacto se hará sin falta. En la ciudad de Córdoba estaban organizando todo como si se firmara la semana que viene. Todavía nadie les había avisado que podría dilatarse por tiempo indeterminado.

Con todo, en la Casa Rosada intentaban restarle importancia a la situación adversa. En el inusualmente efervescente Salón de los Bustos, distintos funcionarios se mostraban muy confiados en el rumbo económico, pedían que se hable sobre la baja en el índice de inflación, e intentaban disimular el revés que representa la dilación del acto que Milei planteó como el primer gran hito de su gestión por presión de la oposición.