Rodrigo De Loredo y «Nacho» Torres salieron a cruza fuerte al Presidente: «Que desista del pacto que tiene con el kirchnerismo», reclamaron. Mientras Milei presiona a los diputados para que firmen la norma, sus funcionarios ajustan los vínculos con las principales bancadas opositoras.
Javier Milei dejó el mensaje bien claro, el domingo por la mañana, en una entrevista que brindó a Radio Mitre. «O se ponen los pantalones largos para que los argentinos estén mejor, o el mercado nos pasa la factura», dijo el Presidente, aludiendo directamente a quienes hasta hace poco más de un mes eran sus colegas diputados en el Congreso.
La declaración no cayó bien en dirigentes de Juntos por el Cambio, que salieron a replicarlo en redes sociales. Uno de ellos fue el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, que pertenece al PRO, pero también lo cruzó Rodrigo de Loredo, jefe de la bancada de la Unión Cívica Radical en la Cámara de Diputados.
De Loredo, a quien en buena medida necesita Milei para aprobar el paquete de leyes que impulsa, fue el más contundente. En un extenso hilo de X, redactó: «Las declaraciones del presidente no van a amedrentar nuestro comportamiento, que pese a los sistemáticos agravios, nos encuentran en la posición de darle al gobierno las herramientas legales que necesite para llevar adelante su plan de gobierno sin excesos y sin dejar indefensos a los sectores más vulnerables de la sociedad como nuestros jubilados».
Y prosiguió, durísimo con Milei: «Sobre las acusaciones generalizadas que formula volvemos a instar que proceda a denunciarlas e investigar. O conoce hechos sobre los que no denuncia, o denuncia hechos que no existen. En ambos casos el gobierno incumple los deberes de funcionario público. De continuar y no acudir a los tribunales el gobierno, seremos nosotros quienes lo haremos». Apuntó, así, a las constantes acusaciones que hizo Milei a diputados de pedir coimas para aprobar leyes.
De Loredo, no obstante, fue más allá, al declarar en relación al DNU: «Tampoco ninguna de las materias abordadas en los paquetes normativos tienen vinculación con la urgente situación económica. Empezando con el DNU, que está operativo y surtiendo efectos desde el 29 de diciembre. De manera que esas herramientas ya las tienen. Y en todo el texto de la ley ómnibus no hay ningún plan monetario ni fiscal de estabilización«, argumentó.
También lo vinculó al kirchnerismo. «Le exigimos al gobierno que desista de este pacto de impunidad que tiene con el kirchnerismo expresado en: 1) Las manifestaciones del gobierno de quitarle la obligación a la oficina anticorrupción de ser querellante en las causas de corrupción. ¿Quién va a acompañar la compleja documental probatoria de las causas de corrupción si el estado se corre de ese rol? 2) La intención del gobierno de que puedan blanquear fondos los funcionarios de la última gestión. 3) La designación y el mantenimiento de funcionarios claves del gobierno anterior en áreas sensibles. 4) Las permanentes declaraciones públicas que buscan darle tranquilidad al peronismo de que no van a ser investigados y que el gobierno no hará nada o que ayudará a encubrir los estructurales desfalcos que recibió nuestro país y nos traen hasta acá».
La estrategia de Milei de apuntar todos los cañones contra diputados y senadores opositores de quienes necesita el voto para sacar adelante la denominada Ley Ómnibus tiene como principal objetivo exponer al poder político que mayores cuestionamientos ha recibido de buena parte de la opinión pública en relación a su prácticamente nula actividad.
Desde el día cero en que asumió como diputado, en diciembre de 2021, Milei buscó tomar distancia de quienes percibe como la imagen más grafica de la definición de casta que popularizó. Aquellos, para el ciudadano de pie, que cobran sueldos onerosos -en términos del poder adquisitivo argentino- por ir de vez en cuando al Congreso a discutir en una suerte de show mediático del que casi nunca surgen soluciones para la vida real.
Esa percepción del diputado «vago» es con la que, creen muchos legisladores actuales, está intentando exponerlos Milei cuando plantea la imperiosa necesidad de avanzar con un DNU y una ley extensísima que el Congreso, en tiempos normales, debate durante todo el año. «No podemos caer en esa trampa, nos eligieron para legislar con responsabilidad, no para aprobar lo primero que caiga sin ni siquiera analizarlo», es el comentario de un diputado de una bancada clave para las aspiraciones libertarias de aprobar la Ley Ómnibus.
Las reuniones de la semana pasada en Diputados, por la Ley Ómnibus. Foto: Maxi Failla.
Más de un legislador reconoce que esa utilización discursiva que hace Milei, todavía en medio de una cierta primavera política tras haber sido votado por un 55% del electorado en segunda vuelta, es un leitmotiv que seguirá usando todo lo que pueda. Incluso Martín Menem, en una entrevista con Clarín, planteó este fin de semana que «el país va a estar pendiente de la Ley Ómnibus» y que Argentina se juega una «final del mundo».
Las grandilocuentes definiciones del presidente de la Cámara de Diputados, creen entre los legisladores, van en la misma línea, pero con mejores modales, de las que hace Milei cuando les pide «ponerse los pantalones largos». En ese sentido, hay coincidencia al considerar que lo que a la gente realmente la preocupa es que la inflación le siga comiendo el salario. Ni el más benévolo con Milei entiende como el Presidente salió a festejar el 25,5% que registró el Indec en la suba de precios de diciembre del año pasado.
La advertencia de Torres a Milei
En medio de esas diferencias, en los últimos días se tejieron algunos acuerdos importantes para el objetivo de Milei. Tal vez el más significativo haya surgido de la reunión que los 10 gobernadores de Juntos por el Cambio mantuvieron con el ministro de Economía Luis Caputo y con su par de Interior, Guillermo Francos.
La cumbre del viernes fue descrita como muy positiva tanto desde la Rosada como cerca de los mandatarios provinciales de uno de los bloques centrales de la oposición. Los gobernadores representan políticamente todo lo que los legisladores cambiemitas no logran ser: un espacio homogéneo a la hora de negociar.
Si bien hubo pedidos de mejor funcionamiento en las economías regionales, Francos y Caputo se llevaron del encuentro un apoyo explícito de parte de los jefes de Estado provinciales.
Este domingo, no obstante, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres salió con los tapones de punta, adhiriendo a las declaraciones de De Loredo en relación a Milei.
«Es peligroso y profundamente irrespetuoso afirmar que existen intereses espurios en buscar modificaciones a la Ley Ómnibus o marcar algún desacuerdo con el DNU. Muchos consideramos que la actitud centralista de buscar los objetivos fiscales sólo afectando a las economías regionales y actividades productivas centrales del interior, aumentando la recaudación a través de aranceles no coparticipables son inadmisibles», escribió Torres en su cuenta de la ex Twitter.
Y agregó, en otro mensaje al Presidente: «Quiénes queremos que al gobierno nacional le vaya bien y queremos que el país salga adelante con la mayor celeridad posible entendemos también que es necesario una mirada integral y federal sobre impacto de algunas medidas y le pedimos al Gobierno que cuando afirmen como se a dicho públicamente algún delito por parte de cualquier diputado, funcionario actual o de gestiones anteriores, gobernador o intendente, se haga la denuncia correspondiente. En Chubut cada vez que vimos alguna irregularidad no sólo auditamos, sino que hicimos la denuncia correspondiente con nombre y apellido y así lo seguiremos haciendo».
Finalmente, sostuvo: «No podemos afirmar que todo es lo mismo y tampoco creer que alguien tiene la verdad absoluta. Respetamos la decisión del pueblo y estamos comprometidos con la gobernabilidad y con la institucionalidad de un sistema republicano que difiere mucho de los totalitarismos, la discusión y el debate son con ánimo de colaborar. Es una actitud que tiende a enriquecer las reformas y mejorarlas. La agresión y las acusaciones no pueden ser el modus operandi para quienes no piensan igual en algún tema».
Ignacio Torres también salió a responderle a Milei. Foto: Martín Bonetto.
El poroteo, muy fino, para aprobar la ley
Un dato que valoran en el mileísmo es que dentro de esa decena de mandatarios hay cinco que responden al radicalismo, que en Diputados tiene 34 representantes que resultan claves a la hora de pensar en la aprobación de la Ley Ómnibus, que necesita mayoría simple y que se aseguraría con 129 avales. Allí es clave, precisamante, el rol de De Loredo, jefe de los diputados radicales, y muy crítico con Milei.
Las diferencias dentro del histórico partido se evidencian en la Cámara baja y a nivel Comité, con dos posturas enfrentadas respecto a hasta dónde se puede negociar con el Gobierno y hasta dónde no. Que haya cinco gobernadores radicales firmando un documento favorable a ello sienta un precedente, creen dentro del Ejecutivo.
Respecto al PRO, que nuclea a otros 37 legisladores, la sensación es que más allá de las diferencias internas terminará prevaleciendo un apoyo mayoritario a la ley, a partir del vínculo natural que el partido tiene con los libertarios a partir de la alianza electoral cerrada con Mauricio Macri y Patricia Bullrich y que hoy, además de la ministra de Seguridad, tiene a decenas de funcionarios propios en segundas y terceras líneas del gabinete.
Finalmente, un bloque de 23 diputados como el recientemente creado Hacemos Coalición Federal, que lidera Miguel Ángel Pichetto, aparece como el otro gran desafío de Milei en la Cámara baja. Allí conviven representantes del peronismo tradicional, del GEN y de la Coalición Cívica, con matices difíciles de seducir para la bancada de 38 libertarios, que debería asegurarse el apoyo de la mayor parte de esos legisladores, además de algunos bloques minoritarios, para salir a contrarrestar la mayoría de Unión por la Patria, que ya arranca con un piso de 102 diputados propios que rechazarán el megapaquete mileísta y a los que se suma la izquierda.