Luego de la tradicional novena de preparación, que empezó el 24 de abril, la fiesta se celebrará el 3 de mayo, en la Villa de la Quebrada.
El próximo viernes 3 de mayo se celebrará al Santo Cristo de la Quebrada y al Divino Señor de Renca en Villa de la Quebrada, provincia de San Luis. Para la tradicional celebración, los fieles se preparan con el rezo de la novena, que comenzó el 24 de abril y continuará hasta el 2 de mayo, víspera de la fiesta.
El día 3 se espera que asistan miles de fieles que, como todos los años, se acercan a pedir y agradecer al Cristo de la Quebrada. En ese sentido, desde el martes 30 de abril se celebrarán una serie misas en ocasión de esta fiesta, en las que se pedirán por distintas intenciones:
• El Martes 30 de abril a las 11, 17 y 19, se pedirá por los voluntarios y misioneros del santuario, y se hará la bendición de los chalecos y del material de misión. Al finalizar cada misa, se realizará un viacrucis.
• El Miércoles 1º de mayo a las 7, 9, 11, 15, 17 y 19, se celebrarán las misas pidiendo por los peregrinos y los trabajadores. Se hará una bendición de manos como signo relacionado con el trabajo, y también se bendecirán las velas traídas por los peregrinos. Luego de cada misa, se realizará el viacrucis y, a las 12.30, se hará una procesión con la imagen de San José.
• El jueves 2 de mayo a las 9, 11, 15, 17 y 19, se celebrarán las misas por el pueblo y la comunidad parroquial (especialmente por el grupo de colaboradores). Luego de cada misa se hará el viacrucis y, a las 12.30, la procesión con la imagen de Nuestra Señora de la Quebrada.
A las 21 de ese día se iniciará la velada en honor al Santo Cristo.
• El viernes 3 de mayo se celebrarán misas a las 11 y a las 18, siendo la misa central a las 15, seguida de la festiva y tradicional procesión a las 16, con la imagen del Santo Cristo de la Quebrada y Divino Señor de Renca.
Historia de la devoción al Santo Cristo de la Quebrada y Divino Señor de Renca
La devoción al Cristo de la Quebrada tuvo su origen en un hecho ocurrido entre 1847 y 1868, cuando Tomás Alcaraz, propietario de tierras en la actual zona de Villa de la Quebrada, estaba buscando madera para la construcción de la casa de uno de sus hijos. Encontró un algarrobo mediano y, al clavarle un hachazo, de este se desprendió una astilla, quedando al descubierto una cavidad y, dentro de ella, un crucifijo.
Con amoroso cuidado, don Tomás lo tomó, montó a caballo y, presuroso, regresó a su casa, que se encontraba a una media legua. La noticia del hallazgo se difundió entre los vecinos de El Guanaco. En la zona no había memoria de que alguien perdiera un objeto de esa naturaleza o lo escondiera en la incipiente concavidad de un árbol en crecimiento; además, la imagen del Cristo no se había roto por el crecimiento del tronco que lo cubría.
Ese fue el primer milagro del Cristo de la Quebrada, en la versión sustentada por la tradición lugareña. Tomás Alcaraz le armó un altar con velas en su casa. Al día siguiente, el Cristo no estaba, aunque nadie de la familia lo había movido del lugar. Lo encontraron nuevamente en el árbol, lo que fue interpretado como que ese era su lugar y se debía construir allí un templo.
Don Tomás Alcaraz decidió levantar entonces el templo que custodiara la milagrosa imagen en el mismo lugar donde la había encontrado, el cual coincide con la explanada del actual Santuario.
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