El Banco Central bajó su tasa de interés de referencia al 35% nominal anual, desde el 40% previo, según comunicó este viernes la autoridad monetaria, en medio de perspectivas de un descenso de la alta inflación. A su vez, el organismo dispuso la baja de la tasa activa -que rige para los préstamos, cuando los bancos le piden fondos al BCRA- al 40% desde el 45% anterior.

Una reducción de la tasa de política monetaria tiene como efecto un descenso general de las tasas del sistema en similar proporción, incluidas las de los plazos fijos. Desde un banco líder dijeron a Infobae que “la tasa de plazos fijos va a bajar, en principio en una proporción similar a esos cinco puntos, porque lo que se bajó no es solo la tasa de política monetaria, sino todo el corredor: el techo, que es tomarle la plata al Central y estaba en 45% -bajó a 40%- y la Lefi (Letras Fiscales de Liquidez), que es el piso de colocación y que también bajó cinco puntos”.

“En principio se va a mover en esa medida o algo cercano y después para adelante, es según cómo reaccione la demanda de préstamos, al fondeo que necesite el banco. En ese corredor la tasa ofrecida se va a mover con libertad, o bien acercándose más a la tasa de pedirle plata al Central o acercándose más a la de la colocación de Lefi si hay exceso de liquidez. Hay que recalcar que dentro de ese corredor, la tasa tiene un recorrido propio, puede bajar o subir”, precisaron.

¿Qué quiere decir esto? Que los rendimientos de los plazos fijos tenderán a oscilar en un rango del 35% al 40% nominal anual según las necesidades de liquidez de las entidades. “Vamos a acompañar al BCRA y al mercado con la baja”, aportaron desde un banco privado.

Hay que subrayar que desde el 12 de marzo de este año el Banco Central dispuso la desregulación de tasas mínimas de interés y, por lo tanto, eliminó la tasa mínima de plazo fijo. En consecuencia, la competencia entre los bancos comerciales para captar y retener depósitos de sus clientes -en un marco de crecimiento de los créditos otorgados al sector privado- podría sostener las tasas en sus niveles actuales y no necesariamente hacerlas caer.

De hecho, en octubre los bancos decidieron subir las tasas de los plazos fijos a pesar del claro sendero de reducción de la inflación. Estas tasas alcanzaron un promedio de 37,45% TNA (Tasa Nominal Anual), y los bancos con tasas más competitivas llegaron a ofrecer hasta un 42%. Esto supone una rentabilidad mensual (TEM o Tasa Efectiva Mensual) cercana al 3,1% para los ahorristas que buscan plazos de 30 días (con un máximo de 3,45%), una tasa real positiva, pues superó a la inflación del período.

Para quienes optan por renovar su plazo fijo cada 30 días, las variaciones en las tasas de interés pueden tener un impacto relevante en el rendimiento anual. Así, una tasa de interés que sube en un punto porcentual mensual puede mejorar significativamente el rendimiento acumulado al cabo de un año, especialmente si la inflación se mantiene en niveles elevados. El ajuste de tasas se realiza en función de la política monetaria y del contexto inflacionario, ya que el Banco Central ajusta las tasas con el fin de mantener la estabilidad financiera y contener los efectos de la inflación sobre el poder adquisitivo de los ahorristas.

Es importante que los ahorristas se mantengan atentos a las fluctuaciones en las tasas de interés para maximizar el rendimiento de sus depósitos. A diferencia de otras alternativas de inversión, los plazos fijos tradicionales no requieren conocimientos especializados, lo cual los convierte en una opción accesible para el público general. Sin embargo, los inversores deben considerar las diferencias entre la TNA, TEA (Tasa Efectiva Anual) y TEM, ya que elegir un banco con la TNA más alta podría optimizar el rendimiento de sus ahorros.

La entidad monetaria argumentó que la decisión de un nuevo recorte de tasas “se fundamenta en consideración del contexto de liquidez, de la baja observada en las expectativas de inflación manifestadas tanto en el REM (Relevamiento de expectativas de Mercado) como en los niveles implícitos en el mercado secundario de títulos, y en el afianzamiento del ancla fiscal”.

Se trató de la séptima modificación en la política monetaria de la gestión ultraliberal de Javier Milei -quien asumió el Gobierno en diciembre pasado- había sido el 14 de mayo. Desde el 133% nominal anual que recibió en diciembre la administración del BCRA como tasa de referencia -entonces, los rendimientos de las Letras de Liquidez (Leliq) del BCRA- con una inflación anualizada en casi un 300%, la tendencia declinante fue a 100%, 80%, 70%, 60%, 50% y 40% anual, hasta llegar al 35% en el presente.

Fuente: Infobae

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