Las imágenes de la violencia en la previa del clásico entre Brasil y Argentina provocaron la respuesta de Gianni Infantino.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, condenó este miércoles los enfrentamientos que retrasaron en casi 30 minutos el partido por Eliminatorias del martes entre Brasil y Argentina, en Rio de Janeiro.
“La violencia en el fútbol es totalmente inaceptable, tanto dentro como fuera del campo de juego”, aseguró mediante un escrito el máximo dirigente del fútbol mundial en su cuenta de Instagram, en inglés, español y portugués. “Este tipo de sucesos, como los ocurridos durante el partido de clasificación para la Copa del Mundo de la FIFA entre Brasil y Argentina en el estadio Maracaná, son inaceptables en nuestro deporte y en nuestra sociedad”.
Antes de infligir a los brasileños la primera derrota en casa de su historia en eliminatorias a la Copa del Mundo (0-1), los jugadores argentinos regresaron a vestuarios después de los himnos nacionales cuando se desató una pelea en la grada que fue reprimida con una intervención de la policía extremadamente violenta e imprudente.
“Sin excepción, todos los jugadores, simpatizantes, personal y directivos tienen que sentirse seguros y protegidos para poder jugar y disfrutar del fútbol, y solicito a las correspondientes autoridades que garanticen que esto se respete en todos los ámbitos”, concluyó Gianni Infantino.
Contactada por la agencia de noticias AFP, la FIFA explicó este miércoles que no ha abierto ninguna investigación disciplinaria, un proceso que precisa generalmente más tiempo, ya que la instancia debe recibir y estudiar el informe detallado del partido. Es decir que por el momento no hay indicios de que Brasil sufra algún tipo de castigo por lo ocurrido, una vez más, en su territorio en el marco de un evento deportivo.
El propio Lionel Messi, que optó por mandar a su equipo rumbo al vestuario en protesta por lo que estaba sucediendo en las tribunas, habló sobre lo sucedido al término del encuentro: “Lo vivimos mal porque vimos cómo le estaba pegando a la gente, como pasó en la final de la Libertadores, reprimiendo a la gente con los palos. Había jugadores que tenían familiares ahí y uno piensa en el familiar que está ahí, que no sabés bien qué está pasando y está más pendiente de eso que jugar un partido que era secundario”.
Esta no es la primera vez que se vive una situación así. El antecedente más cercano corresponde a la final de la Copa Libertadores. En los días previos a la definición del sábado 4 de noviembre, la Policía había sido protagonista luego de que no intercediera en la emboscada de los seguidores de Fluminense a los de Boca Juniors, quienes permanecían con amigos o su propia familia en las playas de Copacabana. Las agresiones y los robos son parte de las imágenes viralizadas en redes sociales, que muestran cómo los móviles de seguridad se mantuvieron a pocos metros de la pelea. Luego intercedieron, pero contra los argentinos. Y la represión fue salvaje.
Todo esto sucede a pocos días de cumplirse el 11° aniversario de un hecho tan histórico como lamentable. El 12 de diciembre de 2012, los golpes modificaron su trayectoria para alejarse de las tribunas y adentrarse en el vestuario visitante del Estadio Morumbí. Los jugadores de Tigre fueron brutalmente agredidos en el entretiempo de la final de la Copa Sudamericana ante San Pablo. Así lo había contado el arquero titular del cuadro de Victoria, Damián Albil: “Estuvimos 15 minutos peleando con 15 tipos con chomba de San Pablo, gente entrenada y vinieron a agredirnos directamente”. No quisieron salir a jugar la parte final. A contramano de la lógica, el árbitro chileno Enrique Osses dio por finalizado el partido y el Tricolor levantó el título, mientras sus rivales seguían lastimados en los vestidores.
Con información de AFP