Este domingo cinco hombres, entre ellos un adolescente, fallecieron en un tiroteo de más de 40 disparos. Fue en el Barrio 8 de Diciembre, en una tosquera abandonada, donde distintos grupos vendían terrenos. Una asamblea entre delegados y vecinos desató la pelea que terminó con la balacera fatal.
La tosquera está abandonada. Sus dueños la explotaron hasta que no hubo nada que sacar. Hace unos dos años empezaron los intentos de toma en este predio del barrio 8 de Diciembre, cerca del cruce de Debussy y Vega, en González Catán, partido de La Matanza. Pero, a pesar de esa denuncia, alrededor de 500 familias compraron lotes en este lugar. Todos fueron estafados.
Las versiones todavía no son claras pero la hipótesis que investiga la fiscalía indica que hubo una toma en este predio y que, por un conflicto entre las personas que lucraban con la venta y la organización de estos lotes, se desató la balacera.
Fue el domingo alrededor de las 15.30 cuando un grupo de personas se reunió para llevar adelante una asamblea de delegados. Esas personas, por el testimonio de los familiares de las víctimas, cobraban dinero a quienes compraron lotes en el predio.Los terrenos tomados en González Catán, La Matanza. Foto: Luciano Thieberger
Había personas que estaban instaladas allí y otras que mantenían sus lotes con la esperanza de edificar. Sin embargo, fuentes consultadas por Clarín, confirmaron que era una «zona inundable e inhabitable» y que hace dos años la Municipalidad de La Matanza realizó una denuncia que quedó en manos de la Fiscalía N°2 por la usurpación de estos terrenos. Ante la consulta de este diario, no dieron información respecto de si el municipio dio intervención al gobierno de la Provincia de Buenos Aires o nacional para relocalizar a las personas que se asentaron allí.
A pesar de ese proceso judicial, la toma avanzó y, sin el reclamo de los privados, empezó a lotearse. El conflicto había empezado el sábado cuando un grupo de personas se quejó de que empezaron a vender un lote que, presuntamente, iba a estar destinado a una plaza.
Al menos tres hombres armados habrían disparado contra un grupo de la comunidad boliviana.
Según pudo reconstruir Clarín, los que se atribuían la propiedad de los lotes vendían más caros lo que estaban frente a la plaza. Ante la versión de que estaban vendiendo ese espacio, se produjo la reunión del sábado. Según testigos, allí se produjeron los primeros incidentes. Y se pasó todo para el domingo.
Allí se presentaron los delegados en representación de quienes venden los terrenos y los vecinos. «En esa reunión se produjo una discusión por dinero entre los habitantes del barrio y los delegados, en medio de la cual se empezaron a amenazar», puntualizó una fuente a la agencia Télam. Identifican a los hombres armados como la «fuerza de choque» o «seguridad privada» de los que venden los terrenos. Y aseguran que era común verlos por la zona.
El hospital Simplemente Evita, donde aún permanecen los heridos. Foto: Luciano Thieberger.
Según la primera reconstrucción del hecho, entre los delegados había tres personas armadas que, en medio de una discusión, comenzaron a disparar al aire. «La gente comenzó a correr a estos tres hombres, tirándoles piedras y palos, hasta que en un momento lograron darse vuelta y les dispararon», indicó Télam.
Cuando se desató la balacera, un grupo más numeroso de vecinos corrió a los tiradores con palos y piedras, pero al menos 13 personas fueron alcanzadas por los tiros.
Las víctimas
Luis Fernando Bascope (16), el adolescente asesinado durante una toma de tierras en González Catán, La Matanza.
Luis Fernando Bascope (16) iba al colegio. Hacía poco había tenido un bebé y su suegro le regaló un lote en este barrio para que, a futuro, construyera una casa para su familia.
Luis tiene dos hermanos y hace dos meses había nacido su hijo. «Dejó un bebito», lamentó su mamá, Julia, en diálogo con Clarín. El adolescente no había llegado a edificar nada en este lugar.
«Mi hijo se despidió de mí diciendo que se iba a su terreno porque tenía una reunión vecinal y que volvía en un rato. Pero él jamás volvió», le dijo a Clarín.
Bascope fue el último en morir: había llegado en grave estado al Hospital Balestrini con un disparo en la cabeza y falleció a las pocas horas. Su familia, desesperada, esperaba que terminara la autopsia para poder dar el último adiós.
Tomás Waldo Velázquez Chávez (28) era albañil, también hacía tareas de herrería y estampaba telas. «Se las rebuscaba con todo, era muy trabajador, deportista, una gran persona de familia», lo describieron.
Tomás Waldo Velásquez Chávez (28) murió en un tiroteo en una toma de tierras en González Catán, La Matanza.
Su mamá, vivió durante parte de su infancia, en España y por eso se crió con su tía. Tomás tenía una esposa enferma, por lo que estaba al cuidado de los tres hijos de la pareja. Había comprado un lote en este barrio para construir una casa para ellos.
A Leonel Enzo Tuco Tapia (28) lo llevaron de emergencia al Hospital René Favaloro y vivía en Mataderos. Cuando llegó no había nada que hacer: tenía un disparo en la cabeza. «Era un pibe de familia estudiaba, trabajaba… con muchos sueños y proyectos a cumplir.», dijo a Clarín su hermano.
Leonel Enzo Tuco Tapia (28) murió en un tiroteo en una toma de tierras en González Catán, La Matanza.
Hacía unos meses, junto a su novia, compraron un terreno en este predio. «Casi todos los domingos iban para cuidar el lugar y hacer un poco de mantenimiento como cortar el pasto y también hacían reuniones entre todos los vecinos de ese barrio», detalló.
«Hoy por lo poco que sé, había bronca entre delegados los que te venden los terrenos. Lo del hoy (por el domingo) fue una emboscada que les hicieron y se produjo la balacera sin importar que había muchas familias con niños. Mi hermano estaba cortando el pasto y quedo en el medio de la balacera, entre corridas le tiraron a mi hermano a quemarropa directo a la sien. Una locura la masacre que hubo», agregó.
Victor Eduardo Rivera Diestra tenía 23 años y trabajaba en un taller de costura. No tenía hijos y había migrado desde Perú a Buenos Aires. Le gustaba el fútbol y publicaba fotos luciendo su colección de camisetas de fútbol.
Eduardo Rivera (23), peruano, fue asesinado en el tiroteo durante la toma de tierras en González Catán, La Matanza.
Gregorio Mamani Choque (40) era de nacionalidad boliviana y su hermano Rosendo escribió en redes sociales. «Gracias a todas las personas que me aprecian y me dieron sus condolencias. Les avisaré por este medio una vez que tenga el sepelio, para hacer la despedida y el descanso eterno de mi hermano Gregorio», escribió.
Además hay ocho heridos, entre ellos varios de gravedad. Están en distintos centros de salud y uno fue dado de alta.Gregorio Mamani Choque (40) murió en el tiroteo durante una toma de tierras en González Catán, La Matanza.
En el Hospital Paroissien está Walter Escobar (40) con heridas en el tórax y en una pierna; y David Zárate (32), baleado en la cabeza. En el Simplemente Evita están internados Rodrigo Arraigada (26), con una herida en el tórax; Alex Choque (35), baleado en un brazo; Eber Bareiro (43), con un impacto en el pecho y Luis Lamas Caimán (33), con lesiones en el tórax y en un brazo.
Edwin Soliz (34) tiene una lesión en la pierna derecha y ya fue dado de alta tras recibir las curaciones.
En el Hospital Balestrini está Luis Condori (25), con lesiones en la rodilla.
La investigación
Fuentes judiciales confirmaron a Clarín que aún no han identificado a los tiradores y que no hay detenidos ni órdenes pedidas para tal fin. También, de momento, descartaron que se tratara de un problema vinculado al narcotráfico, como trascendió durante las primeras horas.
Los videos de la balacera son estremecedores y en ellos se logra ver parte de la tragedia. Los cuerpos tirados en el suelo, las personas desesperadas pidiendo ayuda para los heridos.
«Te voy a hacer mierda a vos, pedazo de gil», son algunas de las amenazas que se escuchan. Una mujer grita un dato que revela que el conflicto no comenzó el domingo. «Ayer (por el sábado) nos cagaron a tiros», dice.Se estima que unas 500 familias ya habían tomado terrenos en el predio de González Catán. Foto: Luciano Thieberger
En un momento se ve cómo unos hombres se retiran del lugar y empieza una ráfaga de disparos. El ruido de los tiros se entremezcla con los gritos de las personas. «Hay chicos, mi hija, Dios mío», es el grito desesperado de una mujer.
Hacia el final del video, que dura unos 60 segundos, se ven varios autos estacionados y a unos hombres, uno con un palo, que caminan en sentido a las personas que estaban disparando.