En el peronismo hay optimismo respecto a los comicios de mañana. Creen que la alta inflación, el aumento del dólar y el escándalo de Insaurralde no tendrán un impacto importante en el resultado.
La ilusión está intacta. El peronismo vive días extraños. Los datos económicos no son buenos, pero las encuestas colocan a Sergio Massa en el balotaje. Hay un choque de percepciones. La respuesta que más sobresale para explicar los motivos de la supervivencia del ministro de Economía tiene dos variantes. El temor real a un posible gobierno de Javier Milei y la asimilación de la inflación como parte de un problema estructural profundizado por factores contextuales.
A eso se le suma el poder de movilización que tiene el peronismo en todo el país. Sindicatos, movimientos sociales, intendentes, concejales, punteros. Una estructura enorme para convencer hasta el más enojado, además del sentido de pertenencia a un espacio político histórico, que renovó su cara todas las veces que fue necesario para mantenerse en el poder y gobernar.
En Unión por la Patria (UP) el temor a un triunfo libertario en primera vuelta se fue disipando con el paso de los días. En gran medida porque percibieron que el discurso de Milei sufrió contradicciones con el que de su equipo de campaña y porque se metió en temas sensibles, como la dictadura militar y el vínculo con el Papa Francisco, que le pueden jugar en contra en el votante de clase media.
En la cúpula de la iglesia católica hay mucha preocupación por la posible llegada al poder de Milei. Les genera temor las medidas que tiene pensadas porque creen que aumentarán el número de pobres en la Argentina. Además, hay un gran enojo por la forma en la que él y sus dirigentes cercanos se han referido a Francisco. Los principales referentes de la Iglesia no se han inclinado públicamente por ningún candidato. Lo que es seguro es que no quieren al libertario al mando de la Casa Rosada.
La sensación que hay en las filas oficialistas es que el segundo tramo de la campaña de Massa fue mucho mejor que el de antes de las PASO y que con Milei pasó exactamente lo contrario. En el búnker de UP aseguran que hubo un trabajo prolijo del mensaje proselitista, una batería de medidas para sostener el poder adquisitivo y un control de crisis tras el escándalo de Insaurralde y la corrida cambiaria. Massa hizo equilibrio. Aún en los momentos más delicados de la gestión.
Una de las claves de la elección para el peronismo está en levantar la cantidad de mejorar la performance electoral en el conurbano
En ese análisis del escenario electoral siempre está afuera Patricia Bullrich. En el peronismo ya hace tiempo que la descartaron de la competencia. Siempre en base a las encuestas y a la dificultad para poder romper la polarización propuesta por el candidato de UP y el de La Libertad Avanza. Creen que ya quedó fuera de juego porque al mismo tiempo que le ganó la interna de Juntos por el Cambio a Horacio Rodríguez Larreta, perdió la interna opositora con Milei.