El interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares, le envió el jueves una nota a las principales transportistas y distribuidoras de gas en la que reconoció que el sistema estaba en un estado de “pre-emergencia” y avanzó con los cortes a los usuarios interrumpibles para garantizar el suministro de los hogares.
El presidente de la Unión Industrial de San Luis, Diego Leal, contó que la comunicación del Gobierno a las empresas «fue de un día para otro» y que se desconoce cuándo retornará a la normalidad.
“Hay distintos contratos de provisión de gas, hay unos contratos que se llaman Firme, en los que no se puede cortar la provisión de gas; la mayoría de las empresas Pymes no tienen ese contrato porque es mucho más caro, tienen uno que se llama Interrumpible, en los cuales, la distribuidora, por indicación al Secretaría de Energía, puede cortar el suministro de gas”, explicó Leal, en declaraciones a Radio Ciudad.
Desde el sábado de la semana pasada, la industrias que usan gas para producción tuvieron que frenar su actividad por la decisión del Gobierno.
Leal resaltó que, de no ser por la interrupción de la obra del gasoducto Néstor Kirchner que decidió la administración de Javier Milei poco después de asumir la Presidencia, la situación podría ser diferente en esta época del año.
“Tenemos que avanzar en la culminación del gasoducto que viene de Neuquén, es un tema prioritario. El tema de la producción y la energía es crítico”, señaló.
También remarcó que, para evitar este tipo de problemas, es clave “la concientización” de la sociedad para disminuir el consumo energético domiciliario. “Generalmente en junio, julio o agosto de cada año se multiplica por 10 o por 12 el consumo de gas, ahora se adelantó un poco”, por las bajas temperaturas registradas en las últimas semanas de mayo.
No es solo el consumo domiciliario de gas lo que afecta al sistema: Leal explicó que “dos tercios de la matriz energética argentina es gasífera, se hace desde el gas”.
Este corte de suministro a las empresas no tiene un calendario definido, sino que los establece el Gobierno en función de la demanda hogareña.