Este viernes a los 89 años murió Gregorio Pérez Companc, uno de los empresarios más reconocidos y poderosos del país. Según la revista Forbes era dueño de la cuarta fortuna de Argentina.
Si bien no hay demasiadas precisiones sobre su estado de salud ni sobre los causales de su muerte, fue la propia familia quien se encargó de dar la noticia sobre su deceso.
Con inicios en la industria petrolera, Pérez Companc fue uno de los principales apellidos del empresariado nacional y, según Forbes, su patrimonio de u$s4.200 millones lo ubicaba en el puesto número 767 del ranking de las personas más ricas del mundo y la cuarta en el país.
Los hijos se aseguraron continuar con el imperio de su padre: Jorge, Cecilia y Catalina vendieron sus empresas a sus hermanos Luis, Rosario y Pilar por lo que tienen el control de Molinos Agro y la petrolera Pecom. Actualmente Luis Pérez Companc es quien lleva adelante el conglomerado empresarial.
Gregorio «Goyo» Companc nació el 23 de agosto de 1934 en Buenos Aires y fue adoptado a los 11 años por Margarita Companc de Pérez Acuña y Ramón Pérez Acuña. Gracias a su madre se introdujo en el mundo de los negocios y, luego de que sus tres hermanos murieran sin dejar descendencia, abrieron el juego para que Goyo encabezara el conglomerado familiar.
Su acercamiento al mundo empresarial comenzó luego de que su familia adoptiva fundara San Benito, en 1919, una compañía cuya actividad principal era la cría de ovejas para la comercialización de lana.
En 1943, «Goyo» se había introducido en el mundo de los negocios de la mano de su hermano adoptivo, Carlos Perez Companc, al fundar su primera empresa: la naviera homónima, de la cual se hizo cargo tras el fallecimiento de Carlos. En su momento, también asumió como titular del Banco Río de la Plata y de SADE S.A.
Luego, el empresario fue diversificando ampliamente sus inversiones productivas y logró consolidarse como uno de los más influyentes del país a través del Grupo PeCom, del sector energético, que en la actualidad está a cargo de tres de los siete hijos del magnate.
Así, en 1946 fue adoptado por la francesa Margarita Companc de Pérez Acuña, que estaba casada con Ramón Pérez Acuña desde 1907, con quien tenía tres hijos. En ese año los Perez Companc compraron dos barcazas de la Segunda Guerra Mundial a Estados Unidos y crearon con ellas su propia empresa naviera; diez años después adquirieron el Establecimiento Forestal San Jorge, en Misiones.
«Goyo» había estudiado en el Colegio La Salle de Buenos Aires (no había terminado estudios universitarios) y estuvo casado con María del Carmen «Munchi» Sundblad Beccar Varela en 1964, con quien tuvo siete hijos: Catalina, Cecilia, Jorge, Luis, Pablo, Pilar y Rosario.
Pero no fue hasta 1958 que los Pérez Companc se hicieron un nombre dentro de la industria, año en el que se sumieron en el negocio del petróleo.
Si bien a lo largo de su carrera se dedicó a empresas de alimentos, telecomunicaciones y energía, su empresa insignia de toda la vida fue Molinos Río de la Plata. Ya por los años 70 Pérez Companc accedió a lugares de toma de decisiones, mientras el grupo se diversificaba.
En 1988, Gregorio fue distinguido con el Premio Konex de Platino junto con un Diploma al mérito. Veinte años después, en 2009, anunció que se retiraba de los negocios, lo que implicó una consecuente reestructuración de grupo, al que debió incluir a sus hijos, quienes hoy manejan el conglomerado.
Fuente: C5N