Durante más de dos años y medio la inflación surgió como el principal tormento en los sondeos de opinión pública. Pero esto parece empezar a cambiar, según la consultora Opinaia, que en su último informe detectó un enroque en la lista de preocupaciones de la población: la pobreza se ubicó como la principal preocupación entre los consultados, relegando a un segundo lugar a la inflación, que siempre encabezó este ranking y ahora quedó relegado a un segundo lugar.
Los trabajos previos de esta misma firma señalan que desde fines de 2021 la inflación encabezó el ranking de problemas. Durante todo el año pasado se ubicó entre los 70 y los 75 puntos, pero con el cambio de gobierno la inflación inició -con alguna fluctuación- un sostenido descenso hasta el mes actual donde tocó los 58 puntos y se ubicó por detrás de la pobreza, problema que en el gráfico trazó un camino inverso: experimentó una subida desde abril del año pasado hasta llegar a los 61 puntos actuales. Hoy emerge como el principal problema.
En línea con este sentir, surgen otros aspectos que generan “miedo” entre los consultados. El “descontento social y las protestas” y el “aumento de la pobreza” comparten el primer lugar con 16 puntos cada uno. A contramano de estas respuestas, el “aumento de la desigualdad”, cierra esta lista de aspectos negativos con apenas un 5%.
Por fuera de esta reconfiguración, en sintonía con la desaceleración inflacionaria y la recesión, el trabajo de la consultora que tiene entre sus directores a Valentín Nabel y Juan Mayol exhibe otros datos que pintan un panorama que mezcla dosis similares de pesadumbre y esperanza: el Gobierno, pese a la crisis, retiene altos índices de apoyo, sus principales figuras gozan de buena salud a los ojos de la opinión pública y buena parte de los consultados auguran un porvenir mejor al actual.
No obstante, la percepción del estado actual de cosas es mala. Solo un 6% de los consultados realiza una evaluación positiva de la economía; un 27% la percibe como “regular” y el 68% restante directamente como negativa.
Con esto como telón de fondo, el Gobierno tiene motivos para celebrar. Ante la consulta sobre si “vale la pena el esfuerzo económico que se está haciendo”, el balance que hacen los encuestados es positivo. Tanto en mayo como en junio, un 66% contestó afirmativamente, mientras que el otro 34% cree que el “esfuerzo” es en vano. Dentro del universo de optimistas, el 62% cree que las mejoras serán tangibles entre fin de año y mediados del año que viene. Y apenas un 2% considera que se verán en los próximos tres meses.
En línea con este dato, un 43% de los consultados cree que el futuro de la economía mejorará. En diciembre, con el cambio de gobierno, este indicador sufrió un alza significativa: bajo la anterior administración se encontraba en los 34 puntos y con la llegada de los libertarios tocó los 50 puntos. Un incremento en las expectativas, que, moderadas, hoy se ubican en los 43 puntos.
Por fuera de estas expectativas promisorias, el Gobierno tiene otro motivo para festejar: pese a la crisis y una suba –pequeña- en su responsabilidad respecto a la misma, conserva un apoyo considerable luego de más de seis meses de gestión. El 55% de los consultados realiza una evaluación positiva de la gestión de Javier Milei, apenas tres puntos por debajo de cuando asumió. Una luna de miel que se prolonga y resiste adversidades.
Además, viene acompañada de otros datos: los únicos dirigentes con un saldo favorable en su imagen son del oficialismo. Con un diferencial positivo de 9 puntos, la vicepresidenta Victoria Villarruel lidera el ranking dirigencial y es seguida por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con 8 puntos de saldo positivo. El presidente Javier Milei cierra el podio con cinco puntos a su favor (51% de imagen positiva y un 45 de negativa).
Cuatro de las cinco figuras que siguen en esta lista también forman parte del gobierno libertario. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, está en cuarto lugar, la canciller Diana Mondino en sexto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, la sigue en la séptima posición y el ministro de Defensa, Luis Petri, el octavo. Este segunda camada de dirigentes libertarios poseen, sin embargo, un alto grado de desconocimiento.
El trabajo, realizado entre el 7 y el 13 de junio sobre la base de 1000 casos nacionales, señala que la “esperanza” (27%) es la emoción que predomina entre los encuestados cuando se les consulta sobre el actual gobierno. Por detrás, aparece la confianza (12%), seguida, en tercer lugar, por el miedo (10%).
Fuente: La Nación